Los indicadores del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) anticipan una recesión de la economía mexicana, al interpretar sus mediciones anticipadas de indicadores clave de la producción de manufacturas, consumo y los servicios.
El Indicador IMEF Manufacturero disminuyó en marzo 3.0 puntos para ubicarse en 45.0 unidades. Así, este indicador permaneció en zona de contracción por onceavo mes consecutivo.
El Indicador IMEF varía en un intervalo de 0 a 100 puntos y el nivel de 50 puntos representa el umbral entre una expansión (mayor a 50) y una contracción (menor a 50), de la actividad económica.
Por su parte, el Indicador IMEF No Manufacturero registró en marzo una caída de 9.2 puntos para colocarse en 39.4 unidades y ubicarse en zona de contracción por segundo mes consecutivo. Se destaca que esas cifras representan la máxima caída mensual y el nivel mínimo, respectivamente, de la serie histórica.
“Los resultados del Indicador IMEF de marzo anticipan una recesión de la economía mexicana inducida, principalmente, por una severa y rápida contracción del sector no manufacturero (comercio y servicios), asociada a las medidas implementadas para frenar la propagación del coronavirus”, dijo el IMEF en su reporte mensual.
“El sector manufacturero mostró una caída durante marzo, pero esta fue mucho menor. Esta situación contrasta con la observada poco antes de la recesión durante 2009, cuando el Indicador IMEF también anticipó una recesión, pero inducida principalmente por la caída del Indicador manufacturero”, añadió.
La pandemia ha tenido un efecto severo en los mercados financieros y en la actividad económica global, lo cual repercute en la economía nacional a través de distintos canales.
Primero, las medidas implementadas en Estados Unidos para contener la propagación del virus ocasionarán una contracción de la actividad económica mientras dure la contingencia y eso afectará a la economía mexicana a través de menores exportaciones, remesas y turismo.
En segundo término, el incremento de la aversión al riesgo por la pandemia ha golpeado a los mercados financieros internacionales, particularmente a los de economías emergentes. Esta situación ha comenzado a reducir la disposición de recursos del exterior para nuestro país, lo cual se ha reflejado en el tipo de cambio y las tasas de interés.
Otro factor es la dramática caída de los precios de las materias primas, en particular del petróleo, representa un severo choque adverso para Pemex y las finanzas públicas. La reciente baja de la calificación de S&P Global para la deuda soberana y de Pemex señala la debilidad estructural que perciben los mercados ante los nuevos choques.
“En nuestro país, el choque de la pandemia llega en un momento difícil para la economía nacional. La actividad económica se encontraba ya estancada, la inversión detenida y el consumo debilitándose. En ese contexto, las medidas implementadas para frenar la propagación del virus, indispensables y atinadas, aunque quizá tardías, tendrán un fuerte impacto adicional, especialmente sobre el sector servicios y comercio”, dijo.
Los resultados del Indicador IMEF de marzo anticipan una recesión de intensidad equiparable a la sufrida en 2009, aunque en esta ocasión el sector más afectado será el no manufacturero, integrado por empresas del sector servicios y comercio. Por lo anterior, se espera que esta recesión tenga un mayor impacto sobre el empleo.